CARNAGUAU
II CERTAMEN LITERARIO DEL CARNAVAL
COLOMBINO 2012
2º PREMIO CATEGORIA INFANTIL
Seudónimo: La perrita chihuahua
Autora: Mercedes Santos Yaque
Autora: Mercedes Santos Yaque
Edad: 10 años
5º Primaria Colegio "Ángel Pérez" -Isla Cristina (Huelva)
5º Primaria Colegio "Ángel Pérez" -Isla Cristina (Huelva)
Habían ganado las elecciones municipales un partido que
defendía a los animales y por eso el concejal de festejos
además del concurso de agrupaciones, cabalgata y demás
actos como la garbanzada, creyó conveniente que durante los
días de la semana se realizara un concurso de animales: así
el lunes, los gatos; el martes, los perros; y el jueves los
restantes animales de compañía dejando el miércoles sin
concurso, ya que en ese día se celebraba el entierro del choco.
Cuando mi madre, que había ido al centro, lo vio anunciado
en la tienda de animales que hay nada más entrar en Carrefour
enseguida vino y me dijo que había un concurso para perros
el martes. Rápidamente la convencí para que me acompañara
a comprar tela para hacerle un disfraz a la mía, pues yo tengo
una perrita chihuahua que se llama Lana.
Al llegar, la tienda estaba cerrada y me quedé muy triste
pensando de que no podríamos participar en él. Pero mi madre,
a la mañana siguiente fue a primera hora a la tienda y compró
muchas telas de diferentes colores y brillos porque yo quería que
fuese un traje muy alegre.
Me recogió en mi casa y me fui con ella a su trabajo, donde
estuvimos haciéndole el traje ya que no disponíamos de tiempo.
Por la tarde llamé a mi amiga Carmen para que acompañase y ella
me dijo que sí.
Como yo quería un traje con muchos colores, decidimos de
disfrazarle de “Samba”.
Mi madre le hizo una falda con muchos volantes, brillos y colores
y una chaqueta fucsia a la que le pegamos lentejuelas. El disfraz
quedó chulísimo, y mi perra estaba tan espectacular como él.
Incluso le hicimos un gorro para la cabeza con unos nudos
y lazos de los mismos colores que la falda.
Mi tía Chiqui, también tiene una perrita y cuando vio lo guapa
que estaba mi Lana quiso participar. Mi madre tenía un disfraz
de bruja que me hizo por Haloween y en diez minutos antes de
que empezara el concurso le hizo un disfraz a la perra de mi tía
. Le pusimos un gorro hecho de cartulina y forrado con la tela de
tul con dibujos de telas de araña y una falda también con la misma tela.
Nos fuimos corriendo a la plaza donde se celebraba el concurso.
La plaza estaba llena de perros disfrazados con sus dueños.
Había disfraces chulísimos: de vaquero, de policía, de salchicha...
Yo salí con ellos en medio de la plaza para que los jueces y
todo el público las contemplara a las dos.
Cuando llegó el momento de dar los premios, yo estaba
muy nerviosa y no paraba de dar saltos. Sólo daban tres
premios: El primero por el mejor disfraz y el más laborioso;
el segundo para el mejor disfraz de pareja: el perro con su
dueño; y el tercero para el disfraz más gracioso.
Los premios eran para los animales: mantas, champús, collares,
pelotas, una cama e incluso un corte de pelo y peinado gratis en
una peluquería canina y un lote de perfume en una afamada tienda
canina.
Cuando dijeron los premios y escuché que el primero era para
mi perra, no pude parar de gritar de alegría y salí corriendo por
toda la calle con aquel premio entre mis manos. La gente me
paraba para darme la enhorabuena o para decirme lo conseguido
que estaba el disfraz de mi perra.
Este año volveré a participar, pero no voy a deciros de como va
a ir disfrazada mi perra, tan sólo os adelanto que es una sorpresa
, pues muchas veces los perros se parecen a sus dueños; perdón
son los dueños quienes se parecen a sus dueños.
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